Hoja del Septenario de 1936, último en celebrarse antes de la guerra Muchas estampas insólitas nos está dejando esta pandemia : misas online...

Septenario soleano en septiembre

Hoja del Septenario de 1936, último en celebrarse antes de la guerra

Muchas estampas insólitas nos está dejando esta pandemia: misas online, triduos o quinarios sin feligreses, suspensión de procesiones, besamanos sin besar ninguna mano, etc. Y más que van a venir. Termina el verano con más incertidumbre y miedo que lo empezamos. Por eso hay que reinventarse en todos los sentidos.


Septiembre en Almería nos trae triduos y cultos marianos en un buen número de hermandades. Todas se adaptarán a los tiempos que estamos viviendo. No hay más remedio. Y se producirán momentos únicos, por la situación y por el ingenio de priostes y juntas de gobierno.


Entre esos cultos posveraniegos, por primera vez en dos siglos y medio, podremos disfrutar en Almería del Septenario a Nuestra Señora de los Dolores de la hermandad de la Soledad. Sí, en septiembre. Coincidiendo con su festividad del 15 de septiembre. Y es que, aunque durante el confinamiento de la Cuaresma, la corporación servita transmitió por las redes sociales el rezo de los siete dolores durante los días que había de haberse celebrado este culto, no se pudo solemnizar de una forma adecuada. Así que, si Dios quiere, la hermandad soleana tiene previsto celebrarlo desde el sábado 12 hasta el viernes 18 de este mes que empieza.


Cuando se fundó la hermandad de la Soledad allá por el 1 de abril de 1772 este Septenario no se celebraba, ya que el culto importante dedicado a Nuestra Señora de los Dolores era una Novena que terminaba el Viernes de Dolores. Sin embargo, desde la Cuaresma de 1829 se cambió por el Septenario de Nuestra Señora, "puesto que el objeto es la contemplación de los siete dolores", dándole así mayor importancia si cabe al carácter servita de esta cofradía. Así pues, desde ese año ha venido celebrándose en Cuaresma, con el único paréntesis de 1937-1939 por la guerra civil.


Ahora en 2020 va a ser la primera vez que se haga en septiembre, coincidiendo con el 15, festividad de Nuestra Señora de los Dolores. Y será igual: con su altar de cultos, con siete Misas en su honor, con el rezo del ejercicio de los siete dolores, con las luminarias en la víspera de su onomástica y con una procesión claustral el último día. Todo bajo las mayores medidas de seguridad, como es lógico.


Esta debe ser la forma que deben seguir las hermandades de adaptarse a esta nueva situación: renovarse y ajustarse para no caer en el conformismo y en la desilusión.


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