(Fotografías de Javier Alonso para el Diario de Almería) Dos Semanas Santas lleva la cofradía de la Estrella pasando por la catedral d...

El cruce del Domingo de Ramos

(Fotografías de Javier Alonso para el Diario de Almería)

Dos Semanas Santas lleva la cofradía de la Estrella pasando por la catedral de Almería. Y dos Domingos de Ramos en los que se ha producido un tapón en el cruce de la calle de las Tiendas y Jovellanos.

Dicho así parece que la culpa recae en la hermandad del barrio de Regiones Devastadas. Pero no es así. O sí. No sé. Aquí no pretendemos echar la culpa de nada a nadie, sino hacer ver a la Almería cofrade que en esa jornada existe un verdadero problema que es necesario arreglar.

Tampoco es que mientras la corporación de la Estrella llegaba a carrera oficial por la zona este de General Tamayo no hubiera ningún problema. No es cierto. De hecho, hace algunos años en esa misma esquina del Entremares ya hubo un parón de la hermandad de la Santa Cena mientras que los Ángeles terminaba de meterse en Lope de Vega. Pero ese problema se habló y se solucionó. Lo lógico.

El año pasado el tapón fue de proporciones increíbles: parones interminables, cruces, desesperación, nervios... Pero todos le echamos la culpa a la lluvia que había provocado retrasos en las salidas, dudas y modificación de horarios. Y es verdad que el agua que apareció en las primeras horas de la alegre tarde jugó una mala pasada a las cofradías de la jornada del Domingo de Ramos. Pero también es cierto que no fue la única culpable, puesto que con ella o sin ella los clientes del Puga hubieran visto nazarenos hartos de estar allí parados.

Y llegó la tarde del Domingo de Ramos de 2019. Y la cosa salió bastante bien, la verdad. Todo el mundo contento, pero no del todo. Para el profano que no sabe de qué estamos hablando, hacemos un repaso. Los Ángeles salía a las cuatro y cuarto de la tarde desde su lejano barrio para llegar a la plaza de la catedral a las siete y cuarto. La Estrella adelantaba la salida desde San Isidro a las cuatro y media con el objetivo de llegar a la plaza de San Sebastián y colocarse justo detrás de los Ángeles hasta carrera oficial, llegando a la catedral a las ocho menos diez. Mientras que la Santa Cena salía de su céntrico templo a las siete menos cuarto y llegaba al polémico cruce para meterse por Mariana justo cuando ya hubiera terminado de colarse por Lope de Vega el palio de la Estrella y llegar a la catedral a las nueve de la noche. Todo perfecto en el papel, aunque muy arriesgado.

La realidad es otra. La realidad es que el misterio de la Santa Cena se tiró de plantón en la puerta del Museo del Aceite veinticinco minutos de reloj. ¿Por qué? Pues porque la Estrella no había terminado de pasar por Tiendas. ¿Por qué? Por varias razones.

La primera es que los horarios de la tarde ya iban muy justitos. Un servidor se encontraba en la plaza de San Sebastián y pudo ver de primera mano cómo la cruz de guía de la Estrella ya estaba metida en dicha plaza mientras que el palio de María Santísima de los Ángeles estaba arriado en el Barea. No soy quién para decir por qué, pero la situación fue así. Quizás fuera porque la Estrella llegó con algo de adelanto o quizás fuera porque los Ángeles iba con algo de retraso. Ni idea. Pero el caso es que los horarios están muy muy justos la tarde del Domingo de Ramos y cualquier desliz (comprensible) los tira por tierra.

La segunda de estas razones es que el tren que se formó desde la plaza de San Sebastián hasta el Paseo es complicado que ande de una forma fluida. Sobre todo al pasar por la estrechez de la calle de las Tiendas. Dependiendo de las dimensiones de cada paso, unos andan más ligero mientras que otros se lo tienen que tomar con más calma. Y el palio de la Virgen de la Estrella es lo de los que pasan por Tiendas muy despacio. Pero mucho mucho. Seguramente por sus dimensiones: es un palio bastante ancho. Y esta lentitud relentiza muy mucho el acceso de la cofradía de Regiones a la calle Lope de Vega, lo que redunda en el desarrollo de toda la noche. De hecho, aunque los Ángeles y la Estrella llegaron seguidas a Santiago, lo cierto es que la primera se fue yendo poco a poco hasta llegar con un buen hueco a la carrera oficial.

¿Qué soluciones podrían tomarse de aquí al próximo Domingo de Ramos? Desde esta página proponemos tres, unas más realistas y otras menos. La primera propuesta sería la de que la hermandad de la Estrella no pase por la calle Tiendas (por todo lo que les supone), revirando a la derecha por Hernán Cortés, plaza Marín, Marín y Jovellanos (tal y como hace el Amor el Martes Santo). Son más metros, pero estamos convencidos de que se tardaría menos tiempo y el acceso a Lope de Vega sería mucho más fluido.

La segunda de estas posibilidades es que la hermandad de la Santa Cena retrase un poco la salida para que cuando su cruz de guía llegue a la altura del Puga no haya ninguna de posibilidad de que esté allí el palio azul oscuro. Recordemos que en los últimos años la cofradía eucarística ha ido poco a poco retrasando su salida. Además, poco a poco el discurrir de la hermandad en la calle ha ido creciendo en fluidez y es más rápido su discurrir, aunque las largas paradas que tiene en Puras, catedral, Estudiantes o Virgen del Mar hacen que no se note mucho en el global.

La tercera y última es la más descabellada, si cabe. Es un cambio de orden entre la Estrella y Santa Cena, lo que obligaría a la primera a pasar la última por carrera oficial, retrasando mucho su llegada al barrio.

Esperemos que entre las tres hermandades de la tarde del Domingo de Ramos almeriense se pongan de acuerdo para que se solucione el problemático cruce y todos podamos disfrutar de una jornada preciosa (como hasta ahora) pero sin parones ni cruces. Seguro que sí.

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