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(Cristo de la Buena Muerte resguardado en la catedral) |
En 2002 con motivo del Año Mariano, la Semana Santa de Almería tuvo la particularidad de que las cofradías visitaron a la Santísima Virgen del Mar en su santuario. Pero además, es recordado por los chaparrones que cayeron el Jueves y el Viernes Santo.
La tarde del Jueves Santo se presentaba muy cerrada, pero ello no impidió que la cofradía del Encuentro se echara a la calle. Cuando se encontraban en la parte baja del Paseo comenzó a llover. Apresuradamente, se dirigieron a San Pedro para resguardarse.
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El Nazareno visitando a la Patrona |
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Titulares del Encuentro en la capilla de la Santa Cena |
La santa mujer Verónica, el Nazareno y la Virgen de la Amargura quedaron expuestas al culto en la capilla de la hermandad de la Santa Cena hasta que el sábado de la semana siguiente volvieron en vía lucis hasta San Antonio, cada una en unas pequeñas andas. No desaprovecharon la ocasión para visitar a las Claras y a la Virgen del Mar.
La cofradía de las Angustias había salido desde la parroquia de San Juan con sus tres pasos. Cuando la Virgen estaba a la altura del Hospital, comenzó el chaparrón y tras una larguísima chicotá, se resguardaron los pasos en la catedral. A las once menos diez de la noche volvieron a su sede de San Juan.
Cuando quedaban pocos minutos para abrir las puertas de San Agustín comenzó el chaparrón. La cofradía del Silencio espero un poco, pero al final decidió quedarse en su templo ese año. Realizó un acto interno y se estrenó una marcha dedicada a la Virgen del Consuelo.
El Viernes Santo parecía que todo había pasado, aunque el cielo estaba gris. No llovió nada durante toda la mañana y el mediodía. Todo hacía presagiar que no iba a suceder lo mismo. Pero no fue así.
La junta de gobierno del Santo Sepulcro decidió echarse a la calle y todo discurrió con normalidad, pero cuando la cofradía se encontraba en Santo Domingo visitando a la Patrona, comenzó a llover con bastante más fuerza que el día anterior. Urna y palio se resguardaron en el santuario hasta que paró y pudieron volver a San Pedro.
La cofradía de la Soledad decidió también salir porque a esa hora no llovía. Cuando el misterio del Regreso del Sepulcro estaba llegando a las Puras, comenzó a llover. Rápidamente, se resguardó en la catedral. El Sábado Santo por la mañana volvió a Santiago.
El paso de la Nuestra Señora de los Dolores estaba en la plaza de la Administración Vieja y se refugió bajo el arco del Ayuntamiento. Esa misma noche, cuando dejó de llover regresó a la parroquia de Santiago. Años después se colocó una placa en ese arco.
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