Nazarenos de Angustias en el interior de la Compañía de María (desconozco el autor) "La cumbre de Antequera" . Así han decidido ...

¿Qué soluciones hay de cara a la Semana Santa 2021?

 

Nazarenos de Angustias en el interior de la Compañía de María (desconozco el autor)

"La cumbre de Antequera". Así han decidido llamar a la reunión que este jueves 10 de septiembre mantendrán los presidentes de los consejos y agrupaciones de toda Andalucía. Allí estará Isaac Vilches, velando por los intereses de la Semana Santa de Almería. Entre los puntos que se tratarán el más importante será el relativo a la celebración o no de la Semana Santa del próximo 2021. Aunque al final cada ente indidualmente tendrá potestad para decidir unilateralmente la decisión final, se va a intentar mantener una postura común en toda la comunidad.


En lo cofrade, como todo en la vida, hay dos formas de afrontar el día a día: sin hacer nada esperando que el tiempo pase o coger el toro por los cuernos y buscar soluciones a los reveses que la vida va poniendo día a día. Y con la pandemia que estamos viviendo pasa igual, con cabeza y prudencia hay que intentar evolucionar y dar un giro a las cofradías para adaptarse a los nuevos tiempos que estamos viviendo. Puede que no podamos disfrutar de las procesiones tal y como estamos acostumbrados, pero ahí es donde tenemos que adaptarnos y pensar en soluciones (como se están haciendo en todos y cada uno del resto de ámbitos de la vida).


Desde el pasado 15 de marzo (pistoletazo de salida de esta auténtica locura) han pasado casi seis meses en el que se han suspendido todas las procesiones, pero en los que se adaptado Misas, cultos, triduos y besamanos. Se han ido adaptando (mejor o peor) y la pregunta ahora es: ¿podrán adaptarse de alguna forma las cofradías para poder salir a la calle en la próxima Semana Santa? El miedo y la falta de tiempo hizo que nada pudiera hacerse en la pasada, pero ¿y para la próxima?


Los mentideros cofrades han sacado a la luz algunas de las propuestas que este jueves se van a debatir en Antequera. Parece ser que desde Cádiz se propone redactar un protocolo con el beneplácito de los ayuntamientos en el que se controle la asistencia y se reduzcan los itinerarios. En Córdoba suman a estas ideas la de utilizar unas pequeñas andas con los titulares. Hay gente con ganas, hay gente pensando, hay gente que se adapta. Otros no.


Las propias características de la Semana Santa de Almería hacen que lo que en otros lugares son impedimentos aquí no sean problema. En primer lugar, los abonos de las sillas de la carrera oficial (que ojalá lleguen algún día, pero que ahora no existen). Si no hay gradas, ni tribunas, ni sillas el próximo año, no pasa absolutamente nada de nada. Eso es solo un detalle del que se puede prescindir en esta situación extraordinaria que vivimos. En segundo lugar, los cortejos. Por desgracia, en nuestra Semana Mayor no son numerosos y no deben representar un problema demasiado importante. Incluso, la opción de los numerus clausus puede ser la más apropiada, aunque siendo realistas no creo que se llegara a tal necesidad.


Así pues, los hermanos que participan en una procesión no deben ser la excusa para suspender las procesiones. Pocos nazarenos (todos tapados), acólitos manteniendo las distancias de seguridad, músicos con sus propias medidas... Nada de esto es un problema en Almería. Pero si no, pues un año en silencio, ¿qué problema hay? Y cortejos reducidos, ¿no se puede salir así a la calle ante esta eventualidad? ¿No es mejor esto que nada?


Visto esto, creemos que hay dos problemas fundamentales ante la posibilidad de que las cofradías puedan salir a la calle en 2021. Por un lado, los costaleros, parte esencial de las procesiones de Semana Santa en las últimas décadas (no en las anteriores). Descartamos la opción de las ruedas por la imposibilidad técnica de colocarlas en los actuales pasos. Y también abandonamos la idea de que una cuadrilla de costaleros se meta debajo de un paso con todo lo que ellos supone en contra de la lógica y la legalidad. ¿Y entonces? ¿Hay otra posibilidad? Por supuesto: sacar a los titulares en andas cargadas por un número reducido de portadores con sus mascarillas y medidas de seguridad oportunas sin que sea un lugar cerrado. Todos queremos ver esos magníficos misterios por las calles, esos maravillosos palios alejándose en la noche... Pero ahora no se puede. ¿No será mejor montar unas preciosas andas, con toda la majestuosidad que los priostes son capaces de plasmar, que no dejar a los titulares en el interior de los templos? No es una opción descabellada; de hecho, se ha hecho así casi toda la vida. Y no es para siempre; es cuestión de adaptarse.


El otro problema (quizás el más controvertido) es el público. Está claro que las procesiones de Semana Santa atraen a buena parte de la sociedad, por devocion, fe, curiosidad o por la razón que cada uno tenga. Y año tras año la gente en las calles de Almería ha ido creciendo exponencialmente. ¿Pueden las cofradías arriesgarse a congregar a tanta gente y a favorecer los contagios esa semana? La respuesta es que ellas solas no. Necesitan coordinarse con el Ayuntamiento. Sí. Este debe convertirse en pieza fundamental, sin el que será imposible que las procesiones se celebren. La Agrupación y el Ayuntamiento deben encontrar fórmulas para que sea posible. Las cofradías quizás deban acortar itinerarios y estar mucho menos tiempo en la calle (lo que será más fácil con esas andas) y el equipo municipal debe ser capaz de trazar un protocolo para reducir o controlar la asistencia. Lo decía el lunes Antonio Burgos en ABC: "un protocolo de bullas". Seguro que lo hacen para Navidad. ¿Y por qué no para Semana Santa?


¿Sería tan "sacrílego" para los cofrades que cada procesión salga por su feligresía, en silencio, rezando, volviendo a los orígenes más espirituales, al sentido de las cofradías, por la noche huyendo de las masas, con los titulares en andas, con recorridos cortos? ¿No estamos maduros para afrontar ese cambio? ¿Preferimos quedarnos sin nada, no adaptarnos?


Lo que está claro es que si se quiere, se puede intentar. Se puede tener algo pensado, hablado y bien atado. Y luego Dios hará lo que crea más conveniente. Pero si las cofradías no quieren, si la Agrupación no está por la labor, bastará con dejar pasar el tiempo y al final decir que es que ya es tarde. Algo muy típico por estos lares. Cojamos el toro por los cuernos, presentemos un proyecto serio, un protocolo sólido y ningún concejal ni ningún consiliario ni ningún hermano mayor podrá echarlo atrás.

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